New York Follies I: Mariposas

La semana del maratón, los corredores por lo general nos volvemos idioticas. Todo el día pendientes  de que ‘si me duele un dedo, que si me duele una pestaña, a ver que como, cuidado que esto me puede sentar mal, mejor voy a lo seguro con la pasta, todo suena raro en mi interior… ‘- Pues yo siempre tengo la misma sensación:’NO quiero correr el domingo. NO quiero que llegue el domingo’. Y me paso la semana deseando echar el reloj atrás y que no llegue el domingo. No es real, obviamente, a fin de cuentas, nadie me pone una pistola en la sien para correr, pero es cómo ‘materializo’ el miedo final, después de tantos meses de preparación, dolores, calores, sufrimiento…

En esta ocasión, es un poco diferente. Es peor! El hecho de estar en New York hace que me olvide por completo de la carrera y cuando me acuerdo, el sentimiento de ‘noooo, no quiero’ se multiplica por 1000.  Pero es diferente a otras veces.

Venía en el avión sin pensar mucho, ni en el hecho de que me iba a New York ni en el hecho de que el domingo correré mi cuarto maratón. Un viaje más, supongo que la vida en los aeropuertos es lo que tiene y tampoco sentí especial emoción al embarcar esta vez. Otro avión más. El vuelo fue tranquilo, a pesar de que tenía una bebe de 10 meses  al lado, Sheeran, además de preciosa, silenciosa. Una auténtica campeona,  8h de vuelo sin rechistar.

Llegué al aeropuerto y pasé por todas las fases de la forma habitual. Sigue siendo un trámite más. Salgo de la terminal, le indico ‘Manhattan’ al chico que me pregunta hacia donde voy, me monto en el taxi y le doy la dirección. Otro viaje más, podría ser Rio, podría ser Bogotá, podría ser el DF. Autovía atascada. Lo de siempre. Miro empanada por la ventana. Como siempre.

Y de repente, delante de mí, se alza el skyline de Manhattan y ese momento, me da un vuelco el corazón.

entrada nyc

En ese momento tomo plena consciencia de dónde estoy y de lo que voy a hacer; en ese momento siento mariposas en el estómago de la emoción, de correr por las calles de Nueva York ( parece el título de una serie de policias, no? jaja). Si me sacan una foto en ese momento veríais el careto de flipada que debía tener con la sonrisa de oreja a oreja.

Qué fuerte, estoy en Nueva York!! uf uf uf. Llego al hotel en pleno middtown, nada más bajar del taxi, miro arriba, y el Empire State. Guauuu.

ebs llegar

Dejo las maletas, llamadas de rigor: ‘hola todo ok’ y me voy a estirar las piernas. Son las 18h de la tarde y para ir bien, tengo que aguantar sin dormir hasta las 22h mínimo. Salgo al lobby y me siento un momento a mirar el móvil pues cuando salga por la puerta, adiós wifi. Y de repente reparo en la canción que suena de fondo: All by myself de Celine Dion. No puede ser, karma, eres un poquito hijo de fruta.

Salgo del hotel y en dos minutos me encuentro en la 5a avenida, y empiezo a caminar hacia arriba. Si hacia arriba.  Mis piernas notan una cuesta increible, quiero pensar que es el cansancio acumulado, pero entonces me empiezo a fijar en el suelo, y realmente, plano plano…hay poco.

5a ave

A las pocas manzanas, me encuentro a la izquierda, con uno de los edificios que más me gustaron la primera vez que visité la ciudad: la New York Public Library,

ny library

Y si miras a la derecha, otro de los edificios emblemáticos de la ciudad, el Crhysler. Uff estoy en New York!!! La verdad es que la primera vez que vine ( este es mi segundo viaje) aluciné de lo familiar y lo segura que me sentía entre estos rascacielos, y que no me importaría volver sola. Pues mira.Dicho y hecho.

crisler

Sigo caminando en dirección Up Town, unas pocas manzanas más, y aparece  majestuoso el Top of the Rock, que indica que he llegado al Rockefeller Center, voy a comprobarlo, y si. La pista de hielo ya se ha instalado y no, otra vez que no la voy a probar, a pesar de las ganas.

top of the rock

rocke ice

Sigo caminando, me encuentro bien, así que pienso, va venga, tira hasta el Plaza, y de paso voy a dar una vuelta a la tienda Apple y a Fao Schwarz. El plaza es muy bonito, pero de noche, da un poco de miedete ;)

plaza

Cruzo y entro en Fao Schwarz, la tienda de los niños, y de los niños que tenemos dentro y no debemos olvidar. Es una maravilla y un templo para el frikismo. Realmente me tuve que controlar para no volver a casa con un soldado imperial, una espada laser y el lego del Señor de los Anillos jaja.

fao

Cuando salí ya el cansancio se notaba, se notaba tanto que no me ví con fuerzas de volver caminando, así que hice lo que haría un neoyorkino: poner un pie en la calle, levantar el brazo y gritar:  taxi!

El regreso en taxi, en otros momentos de menos tráfico, quizás rápido pues se trata de unas 25 manzanas, fue bastante lento. Sin embargo, mereció la pena. Tuve la suerte de toparme con un taxista dominicano, de 73 años en plenas facultades, con 60 años en el país y que nunca había regresado a su Rep. Dominicana natal. Una persona amable y cordial, que  habla de lo que han visto sus ojos durante tantos años en este país de acogida y cómo la voz se le torna triste al hablar de su país. Me dio pena llegar a mi destino, conversaciones de esas no se tienen todos los días.

Cené una sopa errónea pero muy rica;  no entiendo en qué mundo por muy mal que pronuncie el inglés, que no eh jajaja, la chica pudo entender Brocoli and Cheddar Soup cuando yo pedí TOMATO soup… pero bueno, estaba muy rica. Un poco de pasta con pollo y a dormir.

Ayer jueves por la mañana, me levanté pronto para ir de excursión a las afueras, a un sitio muy peligroso donde las tarjetas de crédito corren sus propias maratones y acaban muy mal heridas: Woodbury Common Premium Outlet.

Desde que estuve en 2009 soñaba con volver porque es el paraíso de la ‘choppins’ y lo reitero: es obligatorio ir!  Llenaréis el armario por 1/4 parte de lo que cuesta en España.

Así que a primera hora, cogi la calle para arriba en plan chula sin mirar la dirección ‘porque ya se llegar yo sóla donde se coge el bus’. Y si, llegué pero ya no era la parada de hace 5 años, algo previsible. Tras una pérdida de tiempo considerable con la inutilidad de algunos miembros de la compañía turística, entré corriendo en la estación de autobuses del Porth Authority, sólo sabía que los buses salían del piso 3, así que unas series arriba, unas series abajo, unas amigas británicas en la cola y unos malosentendidos más: perdí el bus. Pero bueno, la buena noticia es que el siguiente salía 15′ después ( antes eran cada hora).

—- Todo el día dándole alegría Macarena a la VISA—–

Regreso a Manhattan, dejo las cosas, y salgo a comer algo. Al volver del autobus, he visto un mercadillo de comida callejero que tiene una pinta buenísima pero no puedo.Hasta el domingo por la noche no puedo hacer tontadas. Estoy rodeada de restaurantes koreanos que tienen una pinta increible y no me la juego. Madre mía la que me espera los últimos días jejeje

broadway

He fichado un restaurante de camino al hotel que no pinta mal y no es caro según la carta de fuera, me apetece cenar hamburguesa. Entro y espero a que me sienten. Y entonces vivo una escena de película. No se si por ir con anorak o por ser latina. Ni idea, aún flipo.

Llega la típica encargada rubia con cara de Lady Di, nivel pijo medio y sienta a un matrimonio delante mío. Llega mi turno y justo en ese momento se están levantando 5 personas que ocupan 3 mesas individuales. Sin embargo, me dice que no tiene mesas y que si quiero en la barra del bar. Y bueno, digo va, da igual, ok. Pero la barra está llena de gente bebiendo cockteles, entonces ve una mesa al fondo de todo en un rincón que ni siquiera parece el restaurante y me sienta allí. Me deja la carta. Y en ese momento pienso: 3 minutos te doy para venir a pedir nota. Pasaron 5, me levanté y me las piré.

‘Nobody puts Baby in a corner’

Y mañana… salir a rodar en NYC!! y la feria del Corredor!

to be continued..