Tercer día en la Gran Manzana, ya es hora de salir a rodar! Como estoy en el corazón de la ciudad, decido seguir por la 32 en dirección al East Side y allí subir por la 1a Avenida hasta… que me canse. La idea era rodar unos 5 o 6 km, pero al final…se me fue un poquito de las manos. No todos los días se puede correr entre los rascacielos de la ciudad más maravillosa del mundo mundial.
Empiezo a subir por la Avenida 1, que será testigo del maratón, aunque unas cuantas calles más arriba, y a las pocas manzanas me topo con el edificio de las Naciones Unidas.
Voy escuchando uno de mis discos favoritos, ‘El hombre bolígrafo’ de Grises, y la canción que me ha acompañado en toda la preparación ‘Parfait’, cobra sentido más que nunca:’ Sentir, que todo el perfecto, que tu eres tú, tú,solo tú, no hay nadie más’. Parada en un semáforo, saltando-bailando para no enfriarme, dos policías negros en frente, me miran y me animan, les sonrío. Que gran momento jeje.
Llego a la 59 y me digo: venga hasta Central Park, son sólo 4 avenidas… y si eso ya luego vuelves andando ( recordemos que menos de 48h tengo que correr 42km, no nos pasemos). De repente el Plaza de nuevo se alza majestuoso ante mí, entro en el parque y empiezo a flipar, pero bien. Estoy superfeliz como no he estado nunca, es una auténtica pasada!
Ya que estamos dentro del parque, venga vamos a inspeccionar la zona de llegada… Ya empiezo a ver las vallas y las pulsaciones se me empiezan a disparar. No, no aumento el ritmo, no jaja, la emoción!
Y sigo corriendo y veo la línea de llegada, y empiezo a llorar descontrolada, emocionada, pensando en el domingo y en que por la gloria de mi madre tengo que acabar y cruzar esa meta pase lo que pase.
Después del momento Marnie la Llorona deshago el camino recorrido y salgo del parque por Columbus, y aprovechado que había leído en algún post que había un carril bici en Broadway que era utilizado por los corredores, pues decidí volver al hotel por allí. Al final el rodaje me salieron casi 9 km pero como hubo paradas, no cuenta jeje.
Después del subidón de la carrerita matinal a la fresca, duchita caliente y a preparar la excursión de la tarde: la visita a la Feria del Corredor en el Jakob K Javits Convention Center, en la avenida 11 con la 34st. Es decir, lo más al oeste de Manhattan. En un día me recorro la isla de este a oeste, como cantaba Brandon Flowers: They say the nile used to run from east to west.[Disculpad el momento frikil, es lo que tengo, que a veces pienso en canciones].
Haciendo caso omiso a las indicaciones de David ‘La hora del Bagel’ en sus posts neoyorkinos, no sólo sobrepasé la 7ª avenida sino que además lo hice andando! ;), parada en un Deli antro para comer algo de pasta y pollo en la 8a con la 35 y llego. Respira hondo, que esto es, muy grande.
Pues no, aquí no dan los dorsales, pero vaya tinglado tienen montado! Bueno ya que estamos… vamos a cotillear!
Pues todo un tinglado en toda regla… Si vas visitando todas las medallas de los barrios, te van sellando una especie de pasaporte y al final, te regalan el poster oficial del NY Marathon.
Bueno, objetivo conseguido, vamos a por el dorsal! La entrada es impresionante. Como todo, los americanos, a lo grande.
Todo superorganizado, cientos de voluntarios y un orden extraordinario, no en vano van a pasar por ahí más de 50.000 corredores. Rápidamente me identifico con pasaporte y resguardo, es un must, hay que llevarlo sí o sí, me entregan el ‘bib’ y me voy a buscar la camiseta. Hay un montón de puestos de información, desde el recorrido a las formas de llegar a la salida. Todo controlado al milímetro. Porque tiene su tela. La maratón recorre los 5 distritos de Nueva York, por tanto no termina donde empieza. La salida es en Stanten Island y termina en Central Park, en Manhattan, así que llegar a la salida será la primera ‘maratón’ del día.
Si tenéis la suerte, como yo, de ser agraciados en el sorteo para poder participar, acreditáis la marca mínima por rango de edad o corréis por una ONG o Charity, las formas de acceso a la salida desde Manhattan, son dos, en ambos casos a cuenta de la organización y en todo caso incluidas en el precio del dorsal. Lo comento porque si escogéis la opción de ir con Agencia de Viajes, te incluyen como parte del paquete el transporte a la salida, cuando si vas por tu cuenta, también lo tienes incluido.
1) En autobuses desde la NY Library, en la calle 42 con la 5 avenida
2) En ferry desde White Hall, y una vez en Stanten Island, se fletan autobuses hasta la salida.
Creo que la opción 1 deber ser más cómoda, así que os recomiendo que en cuanto se abra la elección del transporte ( aproximadamente en abril hasta julio) la seleccionéis porque se agotan rápido. Yo escogí la dos por imperativo legal, vamos, que no había ya de la uno, y aunque es todo bastante fácil, es un poco camino de Santiago y si hace frío…una tortura.
Y otro consejo, llevad la tarjeta limpita porque esta feria del corredor es una locura. Camisetas, pantalones, mallas, cortavientos, chandals, gorras, bolsas… de todo. Te vuelves loco con el loguito de la estatua de la libertad, y encima es circuito Ikea mode on, Asics a lo grande, no te escapas. Con lo que yo he rajado y caí con todo el equipo. Es que todo el rato piensas: que es Nueva York! y kling kling la caja registradora hace kling.
En esta Feria hay hueco para todos, todas las marcas, productos, lo último del mundo mundial. Hasta las #cuquirunners tienen su espacio… alucinante.
También la Policía de Nueva York tiene su stand, y los bomberos, con el siempre presente recuerdo al 11/9.
Y cómo no, encontraremos el ya clásico muro de la ‘motivación’ donde como no podía ser menos, dejé mi mensaje bolsiano :)
Y después de pasar toda la tarde de pie, decido que ya es hora de regresar al hotel y descansar un poco, ha sido un día muy emocionante y termina con un camino de regreso con estampas preciosas del skyline neoyorkino…

Foto dedicada a Carmen Alcaraz y la frecuencia de publicación ;) a Mar Calpena por gruppie y a Pat Nos por ser nuestra neoyorkina favorita.
Good night!
…to be continued.