Empezar una carrera y acabar como Forrest Gump

Dicen que de los errores se aprende más que de los aciertos. En mi caso puedo corroborar que es cierto. Soy tan cabezota que sólo aprendo a base de ‘evidencias consumadas empíricamente’. De la autodemostración. Si no lo veo, no lo creo. Ahora si, no hace falta ‘explicármelo dos veces’. Voy a compartir mi experiencia por si hay alguien en el mundo tan mentecato como yo, le pueda servir para no cometer los mismos errores. Aunque lo lleva clarinete si también es un ‘empírico’ :P

Me da rabia porque siempre me pasan cosas, por inconsciencia, desconocimiento, falta de preparación, experiencia…no se, pero  al final, tengo la sensación, que de cara a fuera parecen excusas y esto me angustia muchísimo. Y lo mejor de todo es que nadie me ha demostrado tal cosa, al contrario, siempre he encontrado infinitas muestras de apoyo y de cariño, pero no puedo evitarlo.’ Tengo miedo’  a ser considerada una de esas personas que mienten, pero sobre todo, que se mienten a sí mismas, por encima de todo. Porque es algo que aborrezco profundamente. No lo puedo evitar, se que es irracional, pero es así. Manías de una.

Hoy ha sido otra de esas ocasiones en las que me he lanzado al asfalto ‘a lo loco’. Tras una semana complicada para seguir los entrenos, estaba muy satisfecha con los mismos y tenía los ojos, y mucha ilusión, puestos en la Media de Sitges, aunque en realidad no era más que una tirada larga de entreno para el objetivo real  del 2013: terminar y  mejorar la marca en mi segundo  Maratón de Barcelona.

Ayer sentí unas molestias en el estómago durante todo el día, no les di importancia ->Error. Lección nº 1: escucha a tu cuerpo.  A eso de las 20h, platito de pasta de rigor y a dormir a las 23h. Hasta ahí todo normal, hasta las 2h de la mañana, hora en la que empezaron las Fallas en mi estómago. De marcha hasta pasadas las 5h.

Una persona en sus cabales, al sonar el despertador hubiera hecho dos cosas: 1) no ir a correr y quedarse en la cama recuperando o 2) ir a hacer el entreno mas tarde por Barcelona sin necesidad de madrugar tanto y desplazarse a Sitges.

Pero yo por las mañanas no soy persona, no pienso, soy un robot, así que había quedado con mi amigo Ferran en Sants a las 7.50 y ni por un momento se me ha pasado por la cabeza no ir. Eso si, sin desayunar, por si las moscas. Un café y arreando.

Al llegar a Sants, botella de ‘bebida isotónica’ en mano y ale, al tren y para Sitges en modo ‘a verlas venir’. Tras recoger los dorsales, me he encontrado con Isaac, compañero de La Bolsa del Corredor y los 3 hemos estirado y calentado un poquito. Hemos visto a Raul, otro compañero de la BC , a David ‘mi mentor bloggero’  y también a Kike ( por fin coincidimos en una carrera! ;)

Unos minutos antes de la salida, Isaac y yo nos hemos colocado  en el cajón azul (esta vez, no había blanco ;). Siempre mola compartir los nervios previos con alguien, ya que normalmente, ahí ya suelo estar sola. Como podéis observar, lleno hasta la bandera,  de este cajón salían la mayoría de los participantes.

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He ido tranquila controlando el ritmo, aunque no estaba cómoda, no me sentía bien… nada que ver con piernas y respiración que iban bien, era, pues eso, malestar en general. Cuando estaba llegando al km 8, he empezado a pensar que igual no podría mantener el ritmo los 21 km. Así que en una decisión rápida, me he decantado por hacer los 110′ que tocaban hoy,  intentando seguir ese ritmo, sobre terminar la media bajando. Lo  iba a bajar seguro porque si eramos pocos, mi archienemigo  Lorenzo the sun, estaba por ahí también tocándome las narices, así que me he dicho: tira, tira y vas viendo…

Llegando a los 10 y adelantada por los pros, entre ellos el campeón Roger Roca, con el que justamente la semana pasada compartimos un entreno organizado por la Bolsa del Corredor en la playa, me ha dado por gritarle: venga Roger! Ya lo tienes. Iba volando el tío y yo jodida jajaja.

Y jiji jaja… Incidente. La ambulancia, coche escoba y demás, no iban todo el rato detrás como suele ser lo normal, supongo que a causa del recorrido y la estrechez de las calles …el caso es que he llegado a un cruce,  ha salido una ambulancia de no se donde, se ha parado de golpe,  pegadita a la acera para no molestar, casi me como al  tío que ha tenido a bien abrir  la puerta en medio de una carrera sin mirar. No me  he dado de morro de milagro, benditos  reflejos … y allí ha empezado mi caos.

Primero, han abierto unas vallas por medio para que pasaran unos pros…no se por qué, supongo que la segunda vuelta el final sería diferente, no se. La cuestión es que con el follón de los que estaban llegando, casi me voy a la meta jajaja os imagináis?  y suerte que un señor me ha indicado! En ese momento no tenía ni idea de si había gente por detrás, ni por delante, porque el paseo se confundía con viandantes y gente con dorsales que venia caminando, entiendo que porque habían abandonado y la ambulancia en contra dirección. En ese momento y viendo el percal, lo he decidido: a entrenar, tenía  muchos puntos para perderme  ( el recorrido que me esperaba los próximos 5 o 6 km transcurría por urbanizaciones, no había público, sólo vallas y voluntarios, y cuando vas  sólo a  cierta distancia por delante o por detrás, es muy fácil perderte en carreras en las que serpenteas, si no te conoces el recorrido o el voluntario que te indica en ese momento, no está o se ha ido). Mientras bebía, le he escrito un mail a Jose, nuestro entrenador,  diciéndole lo que iba a pasar, necesitaba hablar con alguien en ese momento, tenía  decírselo a alguien. Otra de las desventajas de ser un tortuga y correr sólo. Nadie tira de ti. Eres tú y tu cabeza.

Corriendo hasta el final del paseo, giro, sigo recto, hasta ahí me acordaba pero he llegado a la primera bifurcación, no había nadie allí y he tirado por donde he visto vallas…vallas, que, al poco tiempo me he dado cuenta que eran de ‘obra’, del mismo color, vamos, que no era la carrera.  He seguido unos 300m y al cruzar la siguiente calle he visto que el recorrido iba por allí, había gente y voluntarios, pero no era cuestión de recortar a lo Rajoy!. Así que ya con el destino totalmente decidido, me he puesto a correr el tiempo me quedaba para terminar el entreno. Es que era para verme; la carrera para un lado, y yo para el otro, en paralelo o en contra dirección.

En resumen, entre que,  andaba medio ida ya con  el lío de calles, vallas,  estrés mental de para dónde voy, cómo esquivo la carrera,  el ritmo, cuantos km debo llevar… he acabado con una empanada mental de traca. Ni sabía que ritmo llevaba ni km ni nada, sólo que seguía corriendo.

Si, podéis decirlo. Forrest Gump. Corriendo como Forrest Gump  hasta que el crono ha marcado 1h50.

Contenta por el entreno pero con mal sabor de boca  por las circunstancias (y porque a estas horas sigo incapaz de comer nada sólido y estoy un poco arrugaíta ), pero bueno.

Como decía Scarlett O’Hara: ‘después de todo, mañana será otro día’.

San Silvestre…en casa

Ha pasado un poco más de un año desde que un día de noviembre, se me metió entre ceja y ceja la idea de empezar a correr con el objetivo de terminar la Maratón de Barcelona. Quizás debería haber empezado a escribir estas letras hace un año, sin embargo, fue un camino que quise hacer sola. Que tenía que hacer sola. En algún momento escribiré un post sobre ese camino, pero ahora, no toca.

Así, tras correr por segundo año consecutivo la San Silvestre de Barbastro, mi pueblo, he decidido, aprovechando la coyuntura del cambio de año y esas cosas, empezar con la segunda vuelta al ruedo.

Hace ya unos meses que empecé a formar parte del Club Atletismo Barbastro y decidí  implicarme en la medida de lo posible ( hace varios años que no resido allí de forma habitual) , además de participar en las carreras. Por una sencilla razón: me encanta como hacen las cosas, la filosofía del club, donde tiene sitio todo el mundo,  desde los máquinas rompe-cronos hasta las tortugas como yo, donde se anima desde el primero al último… con muchas ganas y mucha ilusión. Y porque las cosas se hacen con mucho cariño, por amor al atletismo y al deporte en general.

Tras la experiencia inolvidable  como voluntaria en la Media Maratón del Somontano del pasado 22 de septiembre, y a pesar de que iba a correr la San Silvestre en esta ocasión, me ofrecí para echar un mano con la entrega de dorsales en las horas previas a las competiciones infantiles y absoluta. Y no es un acto altruista en absoluto, lo reconozco, es que me encanta hacerlo, me gusta sentirme útil. Además me lo paso muy bien y me emociona vivir las horas previas ‘desde dentro’, aprender de la experiencia de los miembros del club, sobre todo de los más veteranos, además de disfrutar de su compañía porque son unas personas encantadoras, por tanto, es casi un acto egoísta!.

Así que  a las 16,30h de la tarde me planté en la carpa del Club con mi amiga Sara  ( desde aquí quiero agradecerle la gran ayuda que nos prestó)  y aunque no levanté la cabeza  de la lista de inscritos y de los tacos de dorsales, durante    más de dos horas, perdí totalmente la noción del tiempo.

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Con la adrenalina a tope, si adrenalina cuando todos los corredores aparecen a última hora a recoger sus dorsales y de repente ves una avalancha de gente delante  ‘cantando’ sus números de dorsal (algunos despistados sus apellidos) y conseguir tacharlo de la lista, buscar el chip, dorsal y dar aguinaldo a 20 minutos del inicio de la carrera puede ser un poco estresante si,  pero estábamos muy bien coordinados cada uno en su función jeje.  Además era la primera San Silvestre que se controlaba  mediante chip, y mientras estás en esa vorágine, repasas las últimas incidencias con los chips y te das cuenta que tú  eres una de los empanad@s que se han inscrito con año de nacimiento…2012

De repente quedaban sólo 10 minutos para el inicio de la carrera y ni calentar ni estirar ni nada…el ambiente previo era tan…alucinante..la mayoría de la gente iba disfrazada y había un espíritu  superfestivo ( es muy triste que te adelante gente que va vestida de árbol de Navidad o con un niño Jesús en los brazos jeje)…a duras penas me dio tiempo de encontrar a mis amigos en la salida. Reyes, Nuri, David y Miguel  estaban situados al inicio y realmente era imposible adelantarse, así que por suerte encontré al segundo grupo detrás y salimos  juntos Carol, Jose, Javi y yo. Sonó el ‘disparo’ y la marabunta de papanoeles, uvas, vacas, belenes, pastores, Reyes Magos, renos..salió disparada,  si, dis-pa-ra-da porque señores, la San Silvestre de Barbastro, en mi humilde y novata opinión, es una pachanga por el ambiente, pero no lo es en absoluto por el nivel de los corredores.

El circuito este año era nuevo, dos vueltas de 2,5 km ( mucho más agradecido que las 4 vueltas del año pasado en mi opinión)…y no es precisamente plano ( en Barbastro, no hay nada plano),  desde el punto de vista de alguien como yo acostumbrada a correr a nivel del mar. Un grado de temperatura y 96% de humedad…nadie sobrepasó los 35 minutos en una carrera de 5 kilómetros. A mi me parece nivel.

Unas horas antes mi amigo Javi se decidió a correr, nuestra amiga Pili se lesionó la rodilla (ánimo Pili, pronto estarás de nuevo correteando) y le cedió su dorsal. Por  la mañana no estaba seguro porque no tenía bien la rodilla y llevaba meses sin correr…para animarlo, le dijimos  que fuera  tranquilo, que es una fiesta que lo más importante es disfrutar y que ya iríamos poco a poco. Pero pensé: va a flipar. Porque yo el año pasado  flipé  mucho del nivel …y después de la carrera, él hizo exactamente esta reflexión. En Barbastro, la gente corre mucho jeje.

Volviendo a la carrera, salimos los cuatro juntos pero en medio de la estampida me despisté un momento y los perdí, pensé que me había quedado atrás, así que me dije, bueno vamos tirando al ritmo, aunque era un poco difícil controlarse, ya que como comentaba,  la gente salió disparada y es inevitable…te arrastran…te arrastran hasta el punto de verte en un momento rodeada de uvas con pelucas y no ver ni por donde pisas, hasta que tu pie machaca un cono separador  contra el suelo …el circuito estaba dividido en dos sentidos pero  la gente invadió los dos carriles…como cabras locas, pero muy divertido.

Me iba cruzando con gente, saludando, y saludando a los que estaban animando, es una pasada cuando las caras que animan son casi todas conocidas…pero yo no me encontraba bien, salí  muy ‘Patxi’ de manga corta, con la camiseta de la Bolsa del Corredor y la del CAB encima, y de repente a punto de llegar al km1, miro el crono: 4.22′ y me digo…pero dónde vas loca! .

Las manos…congeladas..los brazos..inertes..las piernas como bloques de hielo…llegó la subidita de ‘las huertas’ e inevitablemente bajé mucho el ritmo y a partir de allí ya empecé a  recuperar y coger un ritmo más normal. La verdad es que todo el rato iba dándole vueltas en  la cabeza a la carrera (creo que es la primera que he corrido sin música jeje), pero como no paraba de saludar gente y de ver caras conocidas, sin darme cuenta estaba otra vez en el Coso iniciando la segunda vuelta. Y seguía sin entrar en calor. Fue un día de esos de cabeza total, pero muy raro, porque era como si mi cabeza y mi ánimo fueran por un lado y mi cuerpo por otro…así que  empecé a pensar en mis compañeros de la Bolsa del Corredor, el club con el que entreno desde hace unas  semanas en Barcelona, en lo bien que me lo paso en los duros pero divertidos entrenos de los sábados en la playa,  en las ‘escaleritas’ de Jesús, las rebozadas en la arena, los ejercicios de fuerza con Pilar,  en las series en el parque de la Ciutadella persiguiendo y perdiendo a Jaume…en los marcones que iban a hacer todos en Nassos, en las ‘ordenes’ de Jose Castilla, el entrenador: ‘ tu sal a disfrutar, vamos poco a poco’…y cuando me di cuenta, estaba parando el crono en 31’17»… increíble, congelada y con la cabeza echando humo, supero los 32’47» de la Cursa dels 10 Blaus de mayo.

Me dirijo hacia el avituallamiento a coger el agua y veo a mis padres sonrientes, empiezo a encontrarme con todos mis amigos y poco a poco nos vamos reuniendo… y veo la carita de Reyes, que ha corrido su primera carrera y de la mano de Miguel ha hecho sub 30′ y la abrazo,  a todos, porque estábamos todos  muy felices  por haberlo conseguido. Y yo emocionada porque el año pasado corrimos 4 y este año 8, y veo que poco a poco están cayendo en el vicio y el año que viene seremos 12 …o más!

Lo conseguimos!

Y después de presenciar la entrega de premios y ante los inminente síntomas de congelación, nos fuimos al Café del Coso a ‘rehidratarnos’, que para eso nos lo ganamos!

Feliz 2013!

48 Behobia-San Sebastián

Esta crónica nació de un email para compartir la gran experiencia que supuso correr la mítica Behobia-San Sebastián y gracias a que su destinatario,  David Jiménez   lo revisó, editó y publicó en su blog , se convirtió en mi primera incursión en el mundo blogger, y quizás significó el empujón que necesitaba para lanzarme de una vez  por todas a  esta aventura que llevaba ya demasiado tiempo sólo en mi cabeza…nuevamente, mil gracias David..

Y aquí tenéis la crónica.