Maratón de Barcelona 2014: la que no es sólo mía.

Cuando todavía me muevo reptando como una serpiente por casa,  he decidido que mejor me pongo ya a pegar la chapa o con lo vaguer que estoy últimamente, al final, no lo haré. Y no quiero dejar pasar ni uno de los grades momentos que viví ayer sin dejarlos escritos para la posteridad.

Creo que dadas las circunstancias especiales de este año y que algun@s consideran que estoy de la zotea por haberme lanzado nuevamente al maratón, voy a hacer un pequeño ‘previously on’ para contextualizar un poco el tema.

Llevo desde octubre arrastrando lesiones varias hasta tener que parar de correr durante más de mes y medio. Estas Navidades empecé a correr de nuevo; sin embargo, esos mismos  días,  me dieron una noticia de las que uno no quiere que le den nunca. Mi amiga Elena tendría que pasar los próximos meses luchando en otro tipo de maratón personal. Así que aunque ya iba justa de tiempo, decidí que haría todo lo posible para llegar. Quizás parezca una tontería al lado de la lucha que ella está llevando a cabo, pero para mí era, es y ha sido, una forma  muy personal de apoyarla.

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Así que cada semana me he puesto en manos en Xavi Linde (Sportwell), gran fisioterapeuta pero mejor psicólogo, y esta maratón también es de él:  porque me ha visto reir, llorar, pasar nervios y miedo el par de veces que he recaído y aún así nunca ha dejado de animarme y ‘de hacerme daño’, claro.

He entrenado como he podido y cuando he podido, y a pesar de llegar muy justa de kilómetros, quiero agradecer a Jose Castilla, mi entrenador de la Bolsa del Corredor los ánimos tras las tiradas largas y el haber seguido confiando en mí. Y a  Jesús García Anta, por ser tan padre conmigo y a pesar de todo, apoyarme en mi cabezonerismo. Y quiero dar las gracias también a Cecilia, ya que sin sus consejos y pautas, no me habría sacado de encima los kilazos que cogí en la época de parón.

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Dicho esto, me planté en la línea de salida el domingo a las 8.30 con un buen puñado de dudas y miedos pero mucha ilusión y tranquilidad a la vez. Con el dorsal personalizado para poder regalárselo al terminar a Elena, para que lo mire y le de fuerzas cuando lo necesite ( que no creo que sea a menudo porque ella si está hecha una campeona), no me jugaba nada y al mismo tiempo me lo jugaba todo. Así que tras varios días de incertidumbre de quiero que llegue ya y no quiero que llegue ya, sólo tenía ganas de salir. Creo que ha sido la salida más tranquila de las tres sin ninguna duda. Los fantasmas venían conmigo de casa: que a la lesión Guadiana, le de hoy por salir a la superficie, que las piernas no me aguanten porque no llevo kms encima; porque mentalmente, estaba muy tranquila. Era la tercera, sabía lo que me iba a encontrar y sabía que las cosas en un maratón, por muy bien que lo hayas planificado todo, se pueden torcer en cualquier momento.

Así que más tranquila de lo normal en mí tomé la salida. Estaba dispuesta a pasármelo bien por encima de todo. Ritmo hipermegalento desde el principio, asegurar que la perio no aparecía hasta el Camp Nou y a partir de allí, tirar, y ya llegaré. Porque hoy lo único importante va a ser llegar.

Camino al matadero

Camino al matadero

Nada más abandonar la plaza de España, oigo mi nombre por primera vez, Oscar Roche haciendo fotos para Marathon Photos, primera de las muchas caras conocidas que me voy a encontrar. Empezamos bien. Antes de llegar al km 1, ya oigo a mis cheerleaders gritando como posesas. Pilar, Carol y Sandreta. Es la primera vez que alguien me va a seguir por toda la carrera y sólo pensar en eso, ya me pone muy contenta. Esta maratón también es vuestra, vamos. Si no llega a ser por lo del km 35, no llego. Bueno, eso lo explico más tarde.

Con el subidón de ver a mis chicas favoritas por primera vez, sigo corriendo controladita, a los pocos metros otra vez: Mon!! Mateu, compañero de la Bolsa que es un máquina y no ha podido correr por lesión. Joer, no llevo ni un kilómetro y esto es una fiesta!

Llegando a Plaza de Sants veo a Romana y le grito y nos saludamos, y unos metros más abajo, la sis pequeña Anita, subida con su carica de sueño en un banco! Madre mía, pero que esto sólo ha hecho que empezar!!

Pues que no me he dado cuenta y casi estoy en el 3. Voy por la Avenida Madrid y me adelanta una cara conocida. Roberto Leal, con el que coincidimos en el hotel de la maratón de Frankfurt, le chillo, y se acerca, vamos unos metros hablando y me cuenta que su segunda maratón es Barcelona porque su novia es de aquí y le ha picado para correrla.

Y sin darme cuenta estoy subiendo Numancia, llego a Travesera y encaro hacia el Camp Nou tranquilamente, feliz y sin molestias. Vamos bien. Llegando al final de cuesta, veo un chaqueta roja bolsiana! Alex animando a tope! gracias!! Bajando por la Diagonal reconozco a Juanjo de los NoTePares y tras intercambiar unas palabras y ánimos, seguimos tirando. Pero esto que es! Voy bien, tranquilita, hablando con la gente… disfrutando vamos. Pasado el kilómetro 10 me pasa una camiseta del Club Atletismo Barbastro! Y grito: Jose María! Es Jose María Cheliz, un barbastrense afincado en Barcelona como yo,  toda una referencia en el club y el más veterano en esta prueba. Ha corrido TODAS las ediciones de la marató de Barcelona. Comentamos los ritmos previstos y decidimos ir juntos. Puedo decir que por primera vez en mi vida he corrido con alguien en la maratón! La verdad es que es una experiencia totalmente nueva para mí, ir charlando tranquilamente en esa parte de la carrera en la que oficialmente la gente va en grupetes charlando. Luego las cosas cambian, pero hay que disfrutar mientras dure.

Pues con esa calma y felicidad cogemos la Gran Vía y en el km12 vuelvo a ver a mis flores liándola parda a base de gritos y animando como locas, esta vez acompañadas de Isaac, menudo cuarteto de animación!. Unos metros delante, más bolsianos! Javi, Cesc y Martí. Y Jose María alucinando, me decía, pero cuanta gente conoces!! Subimos por Paseo de Gracia y  a la altura de Valencia, allí estaba la familia Bagel, tal y como habían anunciado. Me acerco hasta David, Pat y el pequeño Bagel, Alex, les doy besos a todos y me vuelvo a pillar a mi compañero.

Y llegamos al km.15 y muy a mi pesar, tengo que abandonar a mi compañero, ya que las necesidades fisiológicas que llevaba varios kilómetros arrastrando y el hecho de encontrar un wc sin cola, me deciden a parar allí con la esperanza de poderlo pillar más tarde. Así que me despido de José María. Aprovecho  el parón para tomarme el primer gel y continuo. Todo bien, vamos bien, Elena vamos bien, le digo a mi dorsal. Llego a la Sagrada Familia, mi bajada favorita, y veo a unas locas desconocidas que animan como si no hubiera mañana y de repente con una nos reconocemos, es Elvira, una compañera de trabajo que me grita: pero mírala!! venga campeona!

Y sin darme cuenta ya estoy en la Meridiana. Y pienso, joer, que ya casi llevo la mitad y ni me he enterado! Y nada más entrar me encuentro a Laura, compañera de la Bolsa animando y sacando fotos! Alegría!

Pero ese tramo con el sol ya de cara y sin sombra por ninguna parte, empieza a pasar factura.A la altura de la media, aparece mi amigo Ferran correteando y me acompaña un trocito. Este tramo me empieza a costar. Llego al avituallamiento y paro a engancharme de nuevo el dorsal que casi me sale volando, y justamente está Luz Marina allí, así que mientras hago el MacGyver para agujerearlo con la llave de la moto, charlo unos segundos con ella, cojo fruta y sigo. Al llegar a la media, vuelvo a encontrarme con Ferran y en ese momento ya le digo: buf, esto va a ser muy duro. Los tibiales bien pero llevo una ampolla dando por saco desde el 15 y el isquio a ratos asoma y says hi!. Y en ese momento decido sacar los cascos y ponerme música porque se avecinan curvas. Mágia y efectos especiales, de Izal. A ver si se pega algo. A los pocos metros, Gerardo y Clara, que siempre me aparecen como una seta cuando menos  lo espero, qué grandes! Sigo con la alegría de ver caras conocidas en tan poco espacio y a lo lejos veo a las tres locas saltando en medio de la meridiana! Madre mía chicas, que subidón!  Giro en Valencia y me sorprenden de nuevo por la derecha! pero estás chicas vuelan o qué! como se nota que son unas machines ( aunque nos hayan hecho vudú niñas! ;)

Me mentalizo de que hasta la rambla del Prim son apenas 2km y tiro. Molestias por la ampolla y a ratos el isquio, pero como es intermitente y no muy doloroso, intento no darle importancia. En estos momentos miro el dorsal y pienso: venga Elena, que ya vamos descontando, cada vez queda menos, ya llevamos más de la mitad. En Gran Vía adelanto gente que me había pasado en la subida del Camp Nou, lo cual en cierto modo me anima a pensar: tampoco estoy tan mal. Y poco a poco me acerco al tramo que menos me gusta correr, el de la Diagonal hasta Glorias y volver. Pero sé que allí me esperan así que lo encaro con entusiasmo. Llego al km 27 y me empiezo a dar cuenta que las piernas…ya no responden como antes. Realmente no me he pasado de rosca en ningún momento, el calor y el viento afectan y mucho,  pero mucho me temo, que voy a pagar la falta de tiradas largas desde aquí.

Llegando al km.28 ya veo a mi trío de animadoras maravilloso berreando! me gritan que voy clavando tiempos, pero ya les informo de que eso va a dejar de ser así en breve. Me paro. Por primera vez desde que las he visto, me paro. Todas las veces anteriores les he chocado las manos, pero ahora necesito parar, estar unos segundo con ellas, hablar, contar, desahogarme. Me va fenomenal. Sigo corriendo y oigo a Carol gritarme como una loca, me giro y la veo correr…hacia una birra que tenía en el suelo: cuidaoooo amb la meva birra , me decía. Qué crack jajaja

Unos metros más adelante, allí están, mis animadores fijos del tramo infernal, Jordi y Jéssica y este año acompañados por nuestro nuevo miembro de la familia, Jordi petit, y Merce, la hermana de Jess. Me paro otra vez, los abrazo a todos. Realmente si hiciera esto por competir, no se qué sentido tendría. Es que ver a la gente que quieres en momentos así, como no vas a parar darte un abrazo e intercambiar unas palabras. Yo no puedo no hacerlo. Es que es justamente una de las cosas que más me gustan de hacer la maratón. Esto también forma parte del camino, y es una de las mejores cosas y más cuando vas jodido. Y ¿por qué no hacerlo? ¿por llegar a meta 3 minutos antes?¿en serio?¿ después de correr tantas horas? Como comprenderéis, pues no. Yo me paro y muy feliz.

Doy la vuelta en las Glorias y vuelvo a verlos a todos, esta vez ya no paro, sólo saludo con la mano mientras me gritan como si no hubiera mañana. Y a mitad de camino de bajada, otra sorpresa, Maria y Gonzalo. Me acerco un momento a saludarles y lo mismo, abrazo y sigo. Madre mía, qué carrera llevo. No me puedo sentir más arropada. Elena, no podemos estar más acompañadas, y se me nublan los ojos por unos momentos.

Llego al km 31 y ahí me empieza a entrar la flojera. Camino pero decido que caminar es peor porque me mareo ligeramente, así que sigo corriendo muy despacio. Siempre en este punto miro a mi alrededor y me fijo en todos los que van conmigo. Nos vamos adelantando entre nosotros hasta meta, aunque siempre hay alguno que se queda. En pleno litoral con un sol de justicia y un viento de cara ya atacando directo, en lugar de encontrarme el muro, me pongo a pensar en la Marathon des Sables y a comparar cuan peor puede ser correr en el desierto.  Y con la tontería estoy casi llegando a Icaria y allí está mi amigo Ferran de nuevo. Camino unos metros agarrada a él y le confieso que no estoy segura de si voy a llegar, tengo miedo de que no me den las piernas  pero el ánimo intacto, así que empiezo a calcular en cuanto tiempo llego si hay que llegar andando. Y consciente de que eso no es muro, es algo para lo que estaba preparada y sabía que podía pasar, así que nada de venirse abajo, seguir adelante y llegar como sea.

Ya veo el km 35 en Marina y a la gran Wai Shan sentada en una silla de reina de los animadores como es ella, me ve y se levanta corriendo y me grita Mooooooon! Nos damos el ya tradicional abrazo y continuo, buscando ya con los ojos desesperadamente a mis niñas que me han dicho en la Diagonal que estarían por allí. Y las veo nuevamente gritar, y me vuelvo a parar y me dicen que no! camina! no pares.  Vamos juntas, y me acompañan a buen paso agarrándome hasta bien entrada la calle Taulat, probablemente, uno de los mejores momentos del día. Sin fuerzas físicas pero con fuerza mental y abrazada a mis amigas. Es que no tengo palabras chicas. Mil millones de gracias.

Ya veo el Arco de Triunfo, y me pongo a caminar otra vez, pero esta vez por indignación. Hay turistas en medio de la carrera posando con un balón de rugby para hacer una foto ‘original’… y un crío de no más de 6 años aprendiz de monopatín haciendo eses por medio de la carrera y no puedo evitar mirar con estupefacción,buscando un voluntario para decirle que por Dios saquen a la gente del medio. Pero no había nadie. Cruzo el Arco  y el crío que baja de nuevo por donde ha subido. Alucinante.

Empiezo a correr de nuevo y ya con muchas ganas de llegar, muchas. No se me está haciendo largo pero mis piernas necesitan llegar así que decido no pararme más bajo ningún concepto y voy del tirón  hasta la plaza de la Catedral. Paso por el avituallamiento de los Corredors.Cat buscando a Toni pero no lo veo! Cojo la vía Laietana  con unas ganas ya de llegar que me muero, y en la mitad de la misma, veo a David y su inseparable cámara. Me paro, le abrazo,  me acompaña hasta abajo mientras compartimos rápidamente las experiencias de su carrera y la mía. Me regala el soplo de aire que necesito para olvidar que mis piernas no quieren pero yo sí. Encaro el paseo Colón mientras me tomo el gel-chute-extra-cafeina y para arriba. Venga, que estarán los bolsianos en el 41, empiezo a recordar el final del año pasado y solo quiero llegar. Llegar ya. En el km 40 me esperan Ferran y Eli, gritando y animando como locos, que ya la tengo. Ya no me paro, sólo quiero llegar.  La verdad que el desvío por Urgell/ Marques del CampoSagrado hace menos dura la recta final, y al tomar de nuevo el Paralelo, me encuentro por sorpresa a una avanzadilla del BC Team, Joan, Dios que alegría, le pego un abrazo y sigo mientras me grita, venga que ya llegas, que están todos ahí arriba! Y por fin los veo, venía desde Colón pensando, este año me paro, me paro y los abrazo a todos, pero en ese momento si me paro, ya no arranco, me quedo con ellos. Jessy, Jordi, Reichel, Ana, Jose y Carlos Valero, Roger, Ari,Isaac, Cesc, Xisas y  David mi gemelo querido grabando y gritando como locos (espero no haberme dejado a nadie!!). Y como no, mis niñas campeonas, Pilar, Sandra y Carol saltando y animando sin parar.  Buf, no se como expresar lo que se siente en ese momento, cuando todos tus compañeros están ahí, a esas horas! esperándote a tí. Es una auténtica pasada y de verdad no se cómo agradeceoslo y devolveos tanto cariño.

Y ahora sí que sí, ya casi estoy. Y justo cuando voy a coger la curva de entrada en meta, veo a mi amiga madrileña  Elena,  ahora  y se viene conmigo y a la pobre se le cae todo el bolso en medio y la liamos parda en medio de la curva mientras la gente nos dice de todo jajaja unos le chillan que se aparte, otros le dicen: las gafas! otros me dicen a mi que siga y yo muriéndome de la risa de la escenita que hemos montado ahí en un segundo.

Ya lo veo. Veo el arco de meta y corro todo lo que me dan las piernas, ya cojeando porque he subido todo el Paralelo con el isquio tocado y ya no puedo correr derecha;  espero para chocarle la mano a Alberto y entonces me acuerdo que no está. Y en ese momento lo echo mucho de menos, echo de menos entrar en meta mientras una voz  única me hace una entrada personalizada. A  todos. Hecho de menos llegar a meta y encontrar un amigo. Porque Alberto Montenegro es único y la maratón de Barcelona sin él, no es lo mismo.

Lleguo, oigo el piiiii del chip y me quedo plantada un poco desorientada. Miro  mi dorsal y digo: ala Elenita, que lo hemos logrado. Alegría inmensa.

Y pensé, vaya, esta vez no lloro, soy una pro ya de las maratones jaja. Hasta que un minutos después, aparecieron Reichel y Ana por un lateral y me puse a llorar a moco tendido. Y seguí llorando hasta el puesto de las medallas, donde me volví a encontrar con Luz y me abracé a ella llorando. Los que lo habéis vivido, lo podéis entender. Qué significa llegar a ese momento. Satisfacción, alegría,orgullo pero sobre todo, liberación.

No se cuando volveré a correr la marató de Barcelona, sé que lo haré, pero seguramente no el próximo año. Creo que he cerrado un ciclo con estas tres, y voy a probar otras cosas y otros lugares. Han sido 3 experiencias muy diferentes pero las tres maravillosas. Cada una será recordada por un motivo especial, y esta sin duda, será por ser con la que más he disfrutado y he estado todo el tiempo acompañada sin duda. La he hecho con mi amiga Elena, la Helen. A pesar de la debilidad física y ser la que más tiempo me ha costado, de lejos, es paradógicamente, la que más corta se me ha hecho. Pero es que no ha sido una maratón al uso, ha sido otra cosa. Para mí ha sido un minicamino de Santiago, rodeada de gente que quiero y que me quiere y no lo cambio  por correr 42,195m en 3.45h. Ni loca. Algún día entrenaré y cambiaré algunas cosas para hacer algo así, correrla muuuy rápido ;) pero ahora, he sido muy feliz haciéndolo así. Y sobre todo por los recuerdos que me llevo, la energía que me habéis transmitido y que yo la voy a traspasar. Porque todos esos gritos de venga Elena de la gente anónima, no eran para mí, eran para tí, amiga. Ya sabes, hay que hacer ‘hucha’ con los buenos momentos y toda la energía posible para que no falte en ningún momento del camino.

Así que por el momento, damos por cerrada la Triología de Barcelona ;)

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Cursa de Bombers de Lleida: más recortadores que en la Maestranza

Ya tenía mono de carrera otra vez, han pasado 3 semanas desde la Marató de Barcelona y ya estaba con las ganas de ponerme de nuevo en un cajón. La semana posterior a la Marató  fue de descanso total y absoluto, la segunda semana tocó volver a empezar, poco a poco y de forma progresiva. Desde el día de la carrera estuve arrastrando unas molestias en el pie izquierdo y en el abductor. Nada que no curase un poco de descanso. Pero como una no se puede estar quietecita, pues digamos que, aunque el pie se curó, el abductor fue a peor, hasta el punto de parar de correr y poner en riesgo la participación en la Cursa de Bombers de Lleida.

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Será porque nací allí, será porque nos apuntamos con las chicas del Club Atletismo Barbastro y ya que normalmente no puedo desplazarme a las carreras con ellos, pues esta era una ocasión ideal, será por los bomberos…no se, pero me hacía mucha ilusión correrla.

El sábado al ir de Barcelona  a Barbastro entré a recoger mi dorsal y los de algunos compañeros del club, menuda Feria del Corredor más bien organizada, a pesar de ir a una de las peores horas para recoger un dorsal (sábado mediodía) cero colas, todo super bien  y preparado para el día siguiente, hasta la salida!

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La camiseta muy chula y algunas cositas en la bolsa del corredor, hacía muchas carreras que no venían ‘regalitos’ ;)

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Así pues, el domingo por la mañana con la incertidumbre casi cierta de correr o correr, nos bajamos a Lleida Pachi, Lucia y yo. En el pabellón nos encontramos con el resto del CAB: las hermanas Pilar y Elena Albar, Rafa, Javi y más barbastrenses… y que alegría encontrarme con Oscar, mi compi de la Bolsa del Corredor que esta vez venia ‘de guardia’ ;)

Tras unos minutos de calentamiento y constatación de que, efectivamente se trataba de una carrera de Bomberos…

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… Lucia y yo nos dirigimos al cajón de salida. Menudo ambientazo. Otra vez estamos aquí. Ya lo echaba de menos! No sabía si aguantaría ni si acabaría, así que esta vez estaba muy tranquila, con intentarlo era suficiente. No esperéis crónica épica que no, creo que ya he cubierto el cupo del año jejeje.

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Salimos, y me pongo a ritmo chino- chano, poco a poco. Me molestaba  un poco el abductor pero era soportable. Había leído que marcaban cada kilómetro con arcos hinchables…y era verdad! Creo que es una de las cosas que más me gustó, se me hizo super corta, además de que como se veían de lejos, venía fenomenal como referencia.

La carrera fue tranquila, por primera vez corrí como debe hacerse, empezando más lenta y terminando más rápida. Buenas sensaciones según iban pasando los kilómetros, las piernas se me iban solas y no paraba de adelantar gente sin forzar. Del abductor ni rastro.

Lo único que no me gustó de la carrera fue el hecho de ir sola en muchos tramos, si tramos, no metrillos, mientras el resto de corredores iban 3 metros más adentro por encima de la acera.

Vi recortes por encima de mis posibilidades. Ya lo dije en un tuit, @runerenfurecido se habría puesto rojo y la cara se le habría salido del marco de la foto. Algo impresionante, es que ni fuerzas de gritar porque al final, estaba sola. Incluso en un momento al principio, en un recorte grupal bestial pasé a quedarme casi de los últimos. Sinceramente no creo que toda esa gente será una #runnerdemierda, creo que seguían a la masa y ya está. No pueden ser tantos. No puede ser la mayoría.  Cuando estás corriendo en bloque como van los rápidos, quizás se note mejor quien lo hace por ‘morro’, pero cuando los grupos son de 10-20 personas mas o menos dispersos y todos se van por allí…es un poco desolador. Hacía todas las curvas por la calzada con la esperanza de que alguno de los que iban alrededor me siguiera por debajo. Nada.

Iba constantemente dudando del recorrido, es más,  durante 100 metros fui por un paseo que no tocaba,  no me di cuenta porque en ese momento pasamos de un trozo peatonal al paseo en bloque, y fue al ir a girar que vi el cono abajo e inmediatamente  me bajé. La gente me miraba como diciendo pero donde va ésta a dar la vuelta! y yo sintiéndome fatal… Que conste que fue en linea recta y me desplacé hacia atrás un poco para hacer el giro completo desde abajo :)

En otro momento le pregunté a un guardia urbano  que por dónde era, en modo irónico para que lo oyeran el grupo de más de 20 que cruzaron  literalmente una rambla en diagonal, mientras yo me iba siguiendo el recorrido en línea recta para girar después. Respuesta del policía con una sonrisa de oreja a oreja: por donde quieras niña!  Mon cierra el pico que lleva pipa. Le miré con cara de flipe y seguí. Así no vamos bien. Pero me da a mi que el género ‘recortador’ es una especie ‘desconocida’ en la terra ferma. Los voluntarios o urbanos de Barcelona increpan o al menos les miran mal. Allí no, allí sonrisas, aplausos y ole campeolón. Campaña Be a Legal Runner  en Lleida ya!

Y así los 10k, increíble  En algún momento antes de llegar al 7, iban un chico y dos chicas más o menos conmigo y cuando llegó la hora de girar, se subieron, y ale, me sacaron en pocos  segundos unos 15-20 m. Así que ya harta de quedarme atrás les grité: los 10k se hacen por la calle, no por la acera! eh! – Cri Cri Cri -. De todas formas de poco les sirvió porque al poco les volví a coger y en el avituallamiento los dejé atrás definitivamente. Ya ves, para qué. Por eso creo que en el último cajón los recortadores son ignorantes o vagos, no van a hacer marca. En fin.

Sin darme cuenta,  llegué a meta muy bien, fresca y sin forzar, y la verdad es que fue un momento muy guay, choque de manos tradicional al gran speaker Alberto Montenegro y nada más cruzar meta, la alegría de ver que  la Bolsa siempre está conmigo!  gran abrazo con Oscar Roche, como en casa, vamos jejeje. Eso sí, eché de menos las chaquetas rojas saltarinas  bolsianas, la cámara del gemelo  y el grito de  ‘vamos Mon’ de David 500m antes de llegar a meta ;P. El año que viene me los traigo a tod@s.

Cada vez estoy más convencida de que a parte de la satisfacción personal por ir sumando retos y superando adversidades, para mi es super importante compartirlos con gente que aprecias, y la verdad es que he tenido la suerte, tanto con la gente del Club Atletismo Barbastro como con los compañeros de la Bolsa del Corredor, de encontrarme personas maravillosas que contribuyen a que las carreras no sean sólo carreras sino sitios donde quiero estar los domingos por la mañana rodeada de gente que me hace feliz haciendo algo que me hace feliz.

Estoy muy destrozada del abductor y casi no puedo andar sin apoyo, fue parar y empezar a doler a fuego, pero me da igual, porque la mañana de la carrera de Bomberos de Lleida fue una mañana estupenda. Así que lesionada, pero feliz.